Buen día, miserables.
Tras un breve paso por el último radar alemán y probablemente transitar Europa Oriental, el Mar Negro, Asia Meridional y los Océanos Índico y Pacífico, no se supo más de la malograda sonda soviética que en 1972 no pudo siquiera partir hacia Venus. En fin. Probablemente nunca se encuentren los restos. Como sucede con la abrumadora mayoría de las porquerías que se lanzan a órbitas menos ambiciosas.
Volvamos entonces a preocuparnos por la basura espacial de las megaconstelaciones satelitales y por la defensa planetaria contra asteroides, que 2024 YR4 cruzó la órbita de Marte y va rumbo a su afelio pero ya va a volver.